Ana y Carlos: cuando el destino se empeña en unir a dos, no hay nada que hacer!

Ana y Carlos se casaron en Aranjuez, un lugar invadido por un gran romanticismo y en dónde soñaban casarse los novios... si es que algún día llegaba ese momento. El 12 de octubre de 2016, cinco años después de que el destino se encargara de unirlos, llegó el día.

Ana aterrizó en Madrid un dos de septiembre después de unas ansiadas vacaciones de verano en Ibiza: "uno de los mejores veranos de mi vida por cierto…. desconexión total… necesitaba esas vacaciones como agua de mayo…"
Contándole las anécdotas de esas vacaciones a una amiga suya, se rompió el dedo corazón del pie derecho y le dijo a su amiga... "esto es una señal".
A raíz de ese pequeño accidente, vio a Carlos por primera vez. Volvía de una revisión del médico, cuando decidió entrar a desayunar a una cafetería. Cogió un periódico, se sentó en una mesa y mientras esperaba a que viniese el camarero a tomar nota, levantó la vista y allí estaba él... sentado en la barra, desayunando y leyendo otro periódico.

Iba uniformado por lo que deduje que estaba trabajando y había ido a desayunar allí. Aluciné cuando le vi… dije oh! Me he vuelto a enamorar!!!

Ana tardó poco en contárselo a su amiga y ella pensó que se estaba volviendo loca! ¿Cómo le podía gustar tanto alguien con quien no había hablado nunca? Pero Ana lo sentía así.
Una noche, decidieron salir a tomar algo en el pub de un amigo y el destino volvió a hacer de las suyas. Carlos estaba allí con unos amigos y fueron ellos los que tomaron la iniciativa de saludar a las chicas. Ana se dijo a sí misma... "es ahora o nunca!" y se acercó a hablar con Carlos.

"Ahí empezó nuestra historia…

Un día 12 de Octubre, él me invitó a una fiesta y desde entonces nuestra historia continúa… Ah! Y con un niño precioso de 3 años! El amor de nuestras vidas!!!"

Ana llegó a nosotras a través de su madre. Ya le habíamos confeccionado varios vestidos para ocasiones muy especiales y no dudó en recomendarle a su hija que se pusiera en nuestras manos. Diseñamos un vestido que era tal y como Ana soñaba, mimando todos los detalles hasta el final del proceso. Trabajamos con un crepe muy especial para el cuerpo y la falda, mientras que para las mangas empleamos una muselina con un toque de transparencia que aportaba ligereza y romanticismo.

Para su madre diseñamos un vestido de encaje rojo con manga francesa y un escote de hombros caídos que combinó con pamela y zapatos rojos.

Peinado: Para el peinado Ana confió en Laura, su peluquera de confianza que entiende perfectamente lo que quiere.
Maquillaje: Su mejor amiga les regaló a Ana y a su madre el maquillaje de ese día. Corrió a cargo de Alessandra, una de las mejores asesoras de Mary Kay. Para Ana, sus productos fueron todo un descubrimiento.
Zapatos: De todo el look de novia, fue lo que más dudas le creó. No se veía con zapatos convencionales, por lo que eligió unos stilettos de Carolina Herrera color buganvilla espectaculares.
Tocado: Ana se atrevió con una chistera de Adaluc Headpieces: "Es increíble como captan la idea a la primera Todo lo que hacen es amor del bueno!"
Fotografía: El responsable de captar todos los momentos especiales de la boda fue Pepe Roca de Luz y Papel, amigo de la infancia de Ana.

"Después de la temporada de sol que habíamos tenido, en los que parecía que el verano no acababa… el 12 de octubre comenzó el verdadero otoño! Llovió todo lo que no había llovido en meses! Pero a pesar de ello, se respiraba un día lleno de luz, romanticismo y amor... fue un día mágico!!!
"Contar con toda la gente que queremos y por los que habíamos puesto tanto amor en preparar esa fiesta para ese día tan lleno de amor, fue sin duda lo mejor."